Peleas de gatos: por qué se producen y cómo actuar

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Peleas de gatos: por qué se producen y cómo actuar

Estamos seguros de que si tienes más de un gato en casa habrás presenciado en más de una ocasión un enfrentamiento o pelea entre ambos. En este sentido, debemos decir que muchas veces no entenderemos el motivo y nos pillará por sorpresa ya que, después de la tensión, normalmente todo vuelve a la calma, una calma que hace que parezca que la pelea que acabamos de presenciar no ha existido.

Pero… ¿por qué se pelan? ¿Son ariscos? ¿Les gusta el enfrentamiento? Pues bien, los gatos tienen sus propias peculiaridades y son por ellas por las que estos enfrentamientos pueden surgir. También hay que destacar que la personalidad individual de cada uno de estos animales puede influenciar bastante en su proactividad a las peleas.

Los gatos son animales muy territoriales, tanto con con sus cosas como con las personas y los lugares. Quizás el hecho de que haya algún miembro más que pueda quitarles esa “primacía” territorial puede generar un conflicto. Igualmente son animales bastante “celosos” ya que ese sentimiento territorial puede desembocar en unos celos nada sanos que acaben en un conflicto.

Normalmente no sucede nada pero, en ocasiones, las peleas son demasiado intensas y alguno de los gatos puede salir malparado. Si esto ocurre, nuestro gato necesitará que le limpiemos y desinfectemos las heridas y quizás deberíamos consultar a un etólogo o experto en conducta para que nos explique qué está pasando.

Es importante decir también que la presencia de una hembra entre dos machos puede provocar conflictos, incluso en los gatos más tranquilos, ya que por su instinto territorial pueden ver al otro felino como un contrincante. En este sentido, la castración suele mejorar la conducta de los mininos.

Existen técnicas que pueden evitar los conflictos entre dos gatos en casa. Una de ellas es introducir al gato nuevo poco a poco, para que el felino que ya vive con nosotros no se sienta amenazado.

Desde MOLY MASCOTAS os traemos todo lo que necesitáis saber sobre las peleas de gatos y cómo actuar al respecto.

Como os explicamos los gatos, de nacimiento, como casi todos los felinos son animales tremendamente territoriales. Esto, de cierta manera, condicionará mucho sus actos en el momento que vean “suyo” cualquier lugar, objeto o persona.

 

Por ese instinto territorial son, en la mayoría de casos, animales algo celosos y lo dejarán ver. El problema es que, en ocasiones, esos celos se manifiestan con una reacción agresiva por parte del gato hacia otro gato, ser vivo o incluso hacia tu persona.

 

Aunque los motivos pueden ser diversos, normalmente los tipos de peleas en gatos los podemos dividir en dos subgrupos: peleas territoriales y peleas por una hembra

De su origen territorial, los gatos pueden marcar su “territorio” peleando o reaccionando agresivamente. Esto es bastante común cuando se juntan dos machos o con la llegada de un nuevo miembro al hogar.

 

Dentro de ese instinto de “proteger lo suyo”, si dos gatos machos se encuentran ante la presencia de una hembra, más aún, en celo, esos gatos probablemente se peleen para asegurarse ser el único ejemplar que pueda ver la hembra como “válido” para su reproducción.  Este tipo de peleas normalmente se pueden ver porque dos machos mantienen la mirada fija, el lomo arqueado y su pelaje se eriza. Están amenazándose. Si el otro gato no da la vuelta, se producirá una pelea.

 

Igualmente otro motivo bastante común en la agresividad y pelea en gatos es que se asusten con algo. Normalmente cuando algo les sorprende o les asusta podremos ver su cuerpo rizado, su boca se empezará abrir y atacarán. Se sentirán indefensos y su primera reacción será esa. Este tipo de enfado o de pelea surgirá cuando un gato intente protegerse de un ser vivo del que piensa que no puede escapar.

 

Cuando llega un nuevo miembro a nuestro hogar, los gatos más “veteranos” pueden verle como una amenaza o un ser extraño. Por ello, nosotros debemos tomar una serie de precauciones para que no surjan problemas mayores.

 

¿Cómo evitarlo?

Lo primero es introducirle en la casa poco a poco, es decir, debemos evitar que el antiguo residente se sienta invadido y para ello, lo mejor es, en principio, evitar que los gatos compartan comedero, bebedero, camas y bandeja sanitaria. Así se formara una relación territorial de respeto por el espacio del otro.

Es muy importante que si llega el punto en el que la pelea ha empezado, es mejor no interferir de manera directa (separando a los gatos, por ejemplo) ya que podemos salir malparados y que se tornen agresivos con nosotros. Aunque tu intención sea acabar con la pelea, puede que te ataque porque está nervioso por otra cosa.

 

El método más adecuado para que, una vez haya empezado la pelea no vaya a más, es usar una técnica de disuasión que distraiga a los animales en ese momento: un ruido fuerte, un objeto extraño, un juguete… Hará que por un momento se olviden de la pelea.

 

Sobre todo recuerdas que no debes esperar que sean tus gatos los que solucionen sus problemas. Si hay un conflicto hay algún problema, deberás ser tú el que medie entre ellos, buscando la causa del problema y poniendo soluciones para evitar que vuelva a ocurrir y evitando situaciones que tensen o estresen más la situación.